Fácil sería para cualquiera es la consigna que mejor le sienta al “Torito” Sepúlveda, bravo peleador de Rawson quien lleva un triunfo en su única noche con guantes chicos. Acostumbrado a las difíciles, el ring es apenas una circunstancias para éste padre y laburante que siempre se hace tiempo para entrenar; cuidar su físico y su arma, una fuente de recursos para los que siempre lo esperan.
“Empecé como a los 12 años por ahí solo para saber pelear mejor porque era un mocoso que se la daba de malo. Tuve muchos entrenadores. Gabriel Arévalo fue el primero; descubrí el kung-fu peleando en la calle con uno que me tiró una patada pero arranqué boxeo con Oscar Oria; después con “Cali” y con Raúl Ducid pero iba un tiempo y dejaba hasta los 18 años que fue cuando me junté”, cuenta Sepúlveda con lujo de detalles sobre su historia de vida y de piñas. “Dejé como hasta los 23 que empecé de nuevo pero solo para bajar de peso. El “Pampa” me propuso debutar; hacer una pelea y que además me pagarían 300 pesos. Obviamente acepté por la plata; después hice una pelea más y entré a un torneo provincial”.
El documento reza que se llama Eduardo Ezequiel; que nació en Trelew pero se crió en la ciudad capital. “Vivo en el barrio San Ramón solo con mis tres hijos: José (10); Luz (8) y Xiomara (6)“ describiendo la faceta que mejor lo resume.
“Ser profesional para mí es poder demostrar ante cualquier circunstancia que todo se puede superar. Hay que luchar por los sueños y pedirle ayuda a Dios si hiciera falta”. Sepúlveda tuvo su gran noche el 15 de diciembre del año pasado en el gimnasio “Héroes de Malvinas” de Playa Unión cuando en su debut, superó por puntos al chaqueño Carlos Guzmán en peso ligero.
“Trabajo como portero en una escuela y en el puerto en temporada como estibador. Trabajando durante todo el año en la escuela de mañana por la tarde llevo a mis hijos a sus actividades y tarde noche entreno yo”, cuenta éste orgulloso padre boxeador admirador de Juan Manuel Márquez; Pacquiao; «Chino» Maidana y el infaltable Lomachenko.
A la hora de enumerar objetivos, el pupilo de Andrés Maidana destaca combatir por un título argentino y crecer desde su estilo fajador, valiente y sin términos medios. Humilde agradece a los sponsors que reconocen su tarea: “Pollo al asador Avenida; La Guardia Peronista; Bocha Deportes y Martín Pan Casero. Obvio mi familia es el pilar más importante como la gente de Rawson y la zona que siempre me alienta para seguir entrenando”.
Eduardo Ezequiel Sepúlveda realizó una sola pelea como profesional. Representa al gimnasio CENARDCAM y es entrenador por Andrés «Pollo» Maidana. «Mi sueño es pelear por el título argentino», cuenta el «Torito».
El “Torito” nunca las cosas llegaron porque así, sin mediar el esfuerzo. “Tuve que madurar con los golpes que la vida me dió cuando me tuve que hacer cargo solo de mis hijos y tratar de ser un buen ejemplo para ellos. Soy un cristiano que cree y confía en Dios pero también un Toro que por más dolor y heridas que sufra, sigue buscando su victoria”.
IT/Piñas del Sur.