Con las ideas claras. Junior Andrés Narvaes sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. Tiene las armas afiladas y no se detiene desde una vida metódica, una disciplina inquebrantable y una confianza que maneja inteligentemente, sin excesos. Junior ya tiene nombre propio. La fé como motor y el apellido como guía. El invicto boxeador trelewense atraviesa uno de los momentos más sólidos de su carrera profesional y a los 20 años, cerrará un 2025 de crecimiento sostenido. Con madurez arriba y abajo del ring, apunta a ganar un título y consolidar su nombre entre los mejores de su categoría. “Esperamos cerrar el año fuerte, seguir mejorando peleas tras peleas, seguir fogueándonos y demostrar que tenemos para más todavía”, indicó Junior en la previa de su presentación del 6 de diciembre en el Casino Buenos Aires frente a Leonardo Virzi.


Reconoce que el paso del boxeo olímpico al profesional fue uno de sus mayores desafíos. “La evolución viene siendo notable, pelea tras pelea”, explica. Y agrega: “Venir de acomodarme de un ritmo olímpico al profesional es muy distinto, pero venimos demostrando que la madurez física y profesional se nota arriba del ring”.
“Hasta ahora –indicó Narvaes- vengo muy bien. Mi mayor rival ha sido acostumbrarme a los guantes de ocho onzas y a la cantidad de rounds. Pero venimos muy bien trabajados desde el gimnasio para que no haya complicaciones”. Sin apuro, pero con ambición, no esconde su objetivo para la próxima temporada. “Me encantaría que 2026 me encuentre peleando por un título, aunque sea un cinturón latino. Soy jóven pero soy ansioso y sé que puedo hacerlo. Solo tengo que demostrar mi nivel pelea tras pelea”. Asegura que su equipo mantiene una planificación prudente, pero admitiendo que su nivel ya empieza a coincidir con sus aspiraciones: “Estoy para cosas grandes y voy a estar esperándolas, sin desesperarme. Creo que tengo las posibilidades, tengo las herramientas, tengo el entrenamiento y la disciplina. Solo estoy esperando el momento”.


PURO TALENTO TRELEWENSE
Comparte generación con otro nombre fuerte del boxeo local: Dylan Navarro, a quien lejos de verlo como un rival, lo alienta. “Muy contento por cómo viene avanzando. Vamos con una carrera muy parecida”, dice. Y destaca que ambos crecen en un entorno que comienza a recuperar competitividad: “Es bueno estar acompañado de boxeadores del nivel que te entrenan y te comparten. Todo es para aprender”. Apuesta incluso a un sueño doble. “Ojalá algún día, Trelew tenga dos campeones del mundo”.


EL LADO EMPRENDEDOR
La vida por fuera del cuadrilátero también tuvo movimiento. Vive solo, trabaja y apuesta a crecer en lo personal y en lo económico sin depender únicamente del deporte. “Hoy en día busco crecimiento más allá de lo boxístico. Me las rebusco porque está todo muy difícil. Tengo mi emprendimiento, hago remeras, hago y vendo ropa urbana y cristiana”. Y asume que ese proceso también forma parte de una adultez que asume: “Estoy tratando de ser mejor persona en todos los aspectos de mi vida. Puedo darme algunos gustos, vivir solo, emprender y buscar la manera de salir adelante”. I. Tebes/Fotos Daniel Feldman/ Grupo Jornada.




