El sueño se terminó. Demasiado pronto, quizás. Silio Vilte se mostró en su máxima expresión y desbordó rápido al neuquino Raúl Andrés Panguilef obteniendo el título argentino superligero vacante al ganar por nocaut técnico en el segundo round. La pasó mal Panguilef desde el mismo comienzo. Porque Vilte lo sorprendió arriba, conmoviéndolo al extremo y desactivandolo por completo, dejándolo sin reacción. La precisión quirúrgica del boxeador de raíces salteñas y la efectividad de sus golpes arriba terminaron anulando los sentidos del neuquino que nunca expuso recuperación.Superado ampliamente; escuchó una cuenta que fue el preludio porque Silio Vilte ajustó la mira en el segundo y volvió a paralizar en cuerdas a un “Carnicero” que ya no era tal. La definición era un cuestión de tiempo y en un flash, el invicto Vilte terminó calzándose el cinturón más deseado. Panguilef no tuvo márgen para guapearla, ni jugarse la heroica de una mano salvadora ya que su corto paso por la FAB no le permitió casi mostrar su faceta ofensiva.
Tampoco pasó la prueba de la defensa, ya que ante el primer intento de desborde, se mostró tocado y casi hundido. Ni siquiera en el minuto de descanso, logró descomprimir tanta presión. “Pangui” terminó desbordado y con cierta frustración, entendiendo que dejó pasar una oportunidad que no será la última. Y se encontró de pronto, con una realidad que está por encima de su voluntad y que terminó pegándole más duro que su propio rival. IT/PdS. Foto Boxeo de Primera.