El roquense Lázaro Ramiro Escobar nunca se amedrentó y le planteó una pelea sin especulaciones al ex olímpico Hamsat Shadalov. Perdió por puntos pero cumplió en todos los aspectos, reconociendo la riqueza técnica de su oponente. Una tarjeta dio 97-93 y las dos restantes otorgaron 100-90 al europeo. La escuela y los recursos del zurdo extranjero prevaleció y su velocidad lo llevó a imponer el ritmo en el comienzo, el rionegrino logró acertar manos voleadas que lo mantuvieron activo.Shadalov nunca perdió el control, trabajó sin alteraciones y mostró variantes para conectar en ataque. Escobar no obstante, resistió desde la determinación: intentó desconcertar con el cambio de perfil y arriesgó, aún exponiéndose a los medidos golpes del púgil nacionalizado alemán. Ya con marcas en su rostro, el sureño se debatió e insistió con manos voleadas. Y en particular cuando la pelea comenzó a mostrarse cuesta arriba, buscó sumar sin mirar las diferencias.
El estilo de Shadalov lució a pleno, estético, eficaz. Y se hizo difícil de contrarrestar porque Escobar debió preocuparse especialmente por su defensa y por minimizar la superioridad expuesta por el rival. La pelea no mostró cambios. El europeo dominó a voluntad y transitó la pelea con simpleza, casi con una calculadora en sus guantes. Y el guapo argentino hizo que todo se encaminara a las tarjetas ya escritas, aguantando y siempre tratando de contragolpear. Hamsat Shadalov mostró su jerarquía en el Casino Buenos Aires y seguramente, su futuro estará ligado a las grandes carteleras. El enorme corazón de Ramiro Escobar contribuyó a que el ruso se mostrará, justificando ampliamente su presencia en las luces de la Capital. Fotos Boxeo de Primera.