José Vargas es más que nunca el “Paisa”, un tipo campero, madrugador y de costumbres simples. Esta semana intentará volver a ser el “Nicolino” de sus comienzos, el boxeador con hambre que piensa irremediablemente en ganar. A pocos días de volver a pelear en Comodoro Rivadavia y ante el local Ezequiel Mansilla, reconoce la adrenalina de volver a ponerse los guantes. “Comodoro me vió crecer y a mi rival lo conozco. Sé que él entrena mucho y va a venir a buscar lo suyo. Hace tiempo que a Mansilla no lo he visto pelear. Han pasado los años y supongo que ambos tenemos más experiencia y ya no salimos a pelear “a lo loco”. Tenemos pausas y nos acomodamos mejor”, anticipa sobre el duelo que se vivirá en el gimnasio Municipal, En cuanto a la evolución de su carrera, reconoce que los cambios no le redituaron resultados. “Sufrí derrotas porque siempre regalé kilos. Tuve peleas duras y aunque uno lo sabe, adquirí mucha experiencia y se aprende”.


“Volver a ganar –propone Vargas- sería lo mejor para levantarme nuevamente. Agarré siempre peleas difíciles y de visitante. Sufrí siempre para dar el peso y pelee en una categoría áspera”. Las pálidas lo pusieron al borde de alejarse, pero un descanso largo y la mudanza a Trelew, terminaron renovándole la fe. “En algún momento pensé en dejar el boxeo porque me estaba haciendo golpear mucho. Por eso, me vine a Trelew con el cubano; tenía cortes fuleros en las cejas; iba a seguir perdiendo y además iba a quedar estropeado”, cuenta el «Paisa» de Esquel. “Extraño Comodoro” dice recordando su paso por el Club de Boxeo Comodoro a las órdenes del cubano Juan Fernández. “Voy a llegar diez puntos y con aire, que es lo fundamental”.
“El lindo público de Comodoro me vio crecer, les pido que se acerquen. La gente sabe que siempre voy para adelante. Y no solamente para verme a mí porque hay chicos que vienen de atrás y que suman peleas con esfuerzo. Me hice ahí y hay gente buena que tira la mejor para que uno siga”, finalizó.