El fuego interno nunca termina de apagarse. Ser un boxeo profesional, a veces no tiene fecha de vencimiento y así lo interpreta alguien que en silencio, transpira por la vuelta. El riogalleguense Adrián Luciano Verón anuncia que volverá a combatir en el 2025 por una promesa hecha a su hijo. Y porque siente que al filo de los 35 años le queda algo para ofrecer en el ring.
“Hace rato que tengo ganas de volver y hacer un par de peleas pero por una u otra cosa, no se daba. El motivo principal fue mi hijo que tiene cinco años, el mismo tiempo que llevo de inactividad. Quiere verme pelear y eso me da una gran motivación”. Verón hizo la última el 3 de agosto del 2019 en el gigantesco Boxing de Río Gallegos cuando derrotó por puntos a Marcelo Bzowski ostentando la faja de campeón sudamericano welter.


El gimnasio marcó rápido la realidad. Pasó la factura inicial a un cuerpo que no pierde la memoria. “Me costó volver a entrenar y tomar las responsabilidades de cumplir con el gimnasio. Se hace difícil porque uno ya tiene la costumbre de dedicarle el mismo tiempo de antes. El ritmo que se pierde, cuesta muchísimo agarrarlo pero de a poco lo vamos logrando”.
“Primero será la vuelta y después uno siempre quiere un poco más” propone Verón quien reside y trabaja como custodio en Capital Federal aunque con el corazón y sus raíces siempre en el sur. “Lo primero es volver y hacerlo en buenas condiciones para regresar a los primeros planos e ir sumando”.

Marzo es la fecha tentativa y Río Gallegos, la capital de Santa Cruz, el escenario ideal en el corazón de la Patagonia. Inclusive sobrevuela el nombre del caletense Gustavo Chazarreta como posible rival en los 72 kilos. “En la familia la cosa está dividida. Mi mujer y mi hijo me apoyan. Ellos están entusiasmados igual que yo pero mi mamá y mis hermanos por ahí no quieren saber nada porque saben lo duro y lo difícil que es éste deporte. Poniendo todo, siempre entrené bien y haciendo eso, no tiene que haber peligro de nada. Quiero demostrar que me queda hilo en el carretel”.


Con el catamarqueño César Miguel Barrionuevo, la “Joya” representó un clásico de la época, un choque de trenes que tuvo una derrota en el Polideportivo de San Lorenzo de Almagro y otra posterior en el Polideportivo “Fray Mamerto Esquiú” en Catamarca. “El duelo con Barrionuevo me dejó mucha experiencia. No me quedó ninguna espina, sino todo aprendizaje para poder seguir creciendo. No hay que buscar culpables y hay que ir para adelante. Creo que me ganó bien. La primera fue pareja y en la segunda, él fue el mejor y lo demostró, me ganó bien. Hay que tomarlo así. No pongo ninguna excusa”. Profesional desde el 2012 acumuló 25 triunfos y 3 derrotas, siempre de la mano de su padre Roberto, querido y recordado en el ambiente, desaparecido en enero del 2021.

El regreso de “Chucky” no tiene nada de terror, no será una zaga inconclusa. “Por suerte estoy muy bien económicamente y no me hace falta volver por la plata. Si lo hago es por la pasión y porque realmente me gusta. Y por mi hijo, que es lo más grande que tengo. El deseo de él, es verme pelear de nuevo y así será”.